¿Fin de la nueva guerra fría de Oriente Medio? Posible acercamiento entre Arabia Saudita e Irán.
Se habla de nueva guerra fría ya que pese a haber experimentado diversos conflictos entre ambas potencias, no se ha llegado a dar ningún conflicto directo entre ellas. Ambos actores solo se han enfrentado en guerras indirectas o “proxy wars”, tal como lo hicieron EEEUU y la URSS, interviniendo en problemáticas de la región, posicionándose en bandos opuestos para ejercer su influencia y favorecer sus intereses.
Arabia Saudita y la República Islámica de Irán, están situados a ambos lados del Golfo Pérsico. Arabia Saudita, con capital en Riad, tiene una población de 34 millones de habitantes (mayoría árabes). Actualmente está liderada por el rey Salmán bin Abdulaziz. Por su parte, Irán tiene una población de 85 millones de personas, mayoritariamente persas, pero también con gran presencia kurda y azerí. Su capital es Teherán y el país está liderado por el ayatolá Ali Jamenei y su presidente del gobierno es Ebrahim Rasei. Ambos países son grandes potencias petroleras, aunque Irán diversifica más su economía, al contrario que Arabia Saudita, que se estima que acumula el 22% de las reservas globales de petróleo. Además, su relación con Estados Unidos es muy diferente. Mientras que Arabia Saudita tiene a EE. UU. como gran aliado, Irán es uno de sus grandes antagonistas.
El conflicto tiene sus raíces en una serie de diferencias políticas, religiosas y económicas. Arabia Saudita es un estado islámico suní y se considera el líder espiritual del mundo musulmán suní, mientras que Irán es un estado islámico chiíta y se considera el líder del mundo musulmán chiíta. Pero además de los enfrentamientos religiosos podemos recalcar el enfrentamiento geopolítico. Ambos países compiten en el mercado global de petróleo, así como por ejercer influencia en Medio Oriente. Además, sus diferencias ideológicas han llevado a estos países a apoyar a bandos opuestos en los diversos conflictos como en Afganistán, Libia, Siria y Yemen, agravando la desconfianza y enemistad entre las regiones.
En 2016 se llevó a cabo una ruptura de las relaciones diplomáticas debido a la ejecución por parte de Arabia Saudita de un clérigo de la minoría chií, Nimr al Nirm, que fue condenado a muerte por “sedición” y “terrorismo”. Tras este suceso la Embajada saudí en Teherán fue asaltada y prendida fuego, con lo que Riad respondió retirando a su embajador de allí. Irán hizo lo mismo en Arabia. Por otro lado, en 2019 fue atacada una gran instalación petrolera en Arabia Saudí, mediante la utilización de drones y misiles de crucero. Estos fueron lanzados desde Yemen por los rebeldes Huthi, que son apoyados militarmente por Irán.
Sin embargo, este 10 de marzo, los rivales han anunciado la reanudación de sus relaciones bilaterales. Este acercamiento ha sido motivado debido a que Estados Unidos no respondió ante los ataques a la petrolífera. Esto ha llevado a Riad a acercarse a China y a Rusia, diversificando así sus alianzas con países con buenas relaciones con Irán. Por otro lado, Irán se encuentra actualmente muy aislado por parte de Occidente debido a su programa de enriquecimiento de uranio, por la gran represión de las protestas por la muerte bajo custodia policial de Masha Amini y por haber suministrado a Moscú con drones para la guerra con Ucrania, además de la evasión de las sanciones internacionales.
Los dos países han acordado no interferir en asuntos internos, respetar la soberanía y reactivar el acuerdo de cooperación en materia de seguridad que fue firmado el 17 de abril de 2001. Todo esto ha quedado recogido en un comunicado conjunto que ha sido difundido por los medios estatales de la República Islámica de Irán y por Arabia Saudita. La agencia oficial iraní IRNA destaca también la reanudación de un acuerdo que fomenta los lazos económicos, comercial, de inversión, técnico, científico, cultural, deportivo y de la juventud, firmado el 27 de mayo de 1988. Los vecinos de la región aplauden el acercamiento, sin embargo, Estados Unidos duda si Irán cumplirá el acuerdo a largo plazo con Arabia Saudí. Por su parte, la ONU, celebra el acuerdo, así como la mediación de China y la ayuda de Omán en Irak. Antonio Guterres, secretario general de la ONU, destaca que “las buenas relaciones son esenciales para la estabilidad de la región del Golfo”. Es un buen comienzo, pero hará falta un mayor compromiso y durabilidad del acuerdo para lograr apaciguar las rivalidades históricas entre las dos regiones.
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