EL BLOQUEO DE ESTADOS UNIDOS A CUBA: UN ACTO DE GUERRA EN TIEMPOS DE PAZ

 



El bloqueo sin pretexto de Estados Unidos a Cuba tiene su origen en el siglo pasado. Percibimos su relevancia porque es un acontecimiento que se remonta a hace más de seis décadas y ha llegado a la Asamblea General de las Naciones Unidas por lo que implica indudablemente a toda la comunidad internacional tanto en el ámbito político como en el económico

Los inicios del bloqueo comenzaron con una política innovadora defendida por Thomas Jefferson, James Madison y John Wuincy Adams. En ese momento Norteamérica consideraba Cuba como un punto estratégico clave que debía de terminar cayendo en manos de Estados Unidos.

Lo consideramos un acto de guerra en tiempos de paz que ha sido indudablemente impuesto de forma unilateral. Los orígenes se remontan a la década de 1960 y comenzó con la cancelación de la cuota azucarera. Se fueron incorporando leyes de reforma y de presupuesto que han ido denegando progresivamente las financiaciones de las ventas de productos agrícolas a Cuba, así como la negativa de viaje de ciudadanos de aquel país como turistas.

Pretendemos profundizar en que el argumento y discurso de esta realidad internacional se aleja de ser una guerra únicamente económica. La realidad es que los Estados Unidos con su bloqueo persiguen no solo el terreno económico, sino también el terreno diplomático con cualquier otro país que tenga intenciones de comerciar o invertir en Cuba. La Ley de Comercio con el enemigo del año 1917 permite al presidente de Estados Unidos imponer sanciones económicas en periodos de emergencia nacional, permitiendo a la vez la restricción con otros aliados del enemigo.

Esto acrecienta la supremacía internacional del país opresor, acaparando así todo el poder a imagen del resto.

La ley del comercio de 1917 está vigente únicamente para Cuba, por lo que nos sumergimos en una violación de los principios fundamentales del derecho internacional que acaparan la violación de la igualdad soberana, la no intervención en los asuntos internos, la libre determinación así como la violación de los derechos humanos de la población cubana.

Los terceros países que están sumergidos en relaciones con la propia Cuba viven consecuencias financieras, económicas y comerciales implicando por tanto al mercado internacional en todas las acciones. Con estos daños hablamos de escasez de productos de primera necesidad como vienen siendo medicinas y comida lo cual perjudica a la producción y a los servicios del país, la existencia de barreras que impiden el acceso a redes de información y tecnologías, entre otros impedimentos.

Las trabas han ascendido inevitablemente a un alcance que no deja de lado ningún sector.

La trascendencia de este suceso aparte de presentar secuelas a gran escala en varios países, se camufla en la realidad de que existe un debate internacional presente en toda la sociedad. La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas creó la resolución que pretendía poner fin al bloqueo. Sin embargo, ha sido rechazado repetidas veces  por la ignorancia del gobierno de los Estados Unidos aun existiendo unanimidad del resto de países que apoyan el fin del bloqueo.

Portugal y Cuba en la actualidad no guardan relaciones demasiado significativas en el terreno comercial. Si es cierto que desde 2020 se firmó un Memorándum que ampliaba los vínculos entre ambas instituciones en lo relativo a cooperación empresarial e inversión extranjera. Y en concreto Lisboa y La Habana han reforzado los lazos en dialogo político y cooperación.

La evolución que han experimentado las relaciones internacionales, desde únicas relaciones entre estados hasta el actual mundo globalizado que abarca todas las esferas políticas, se aprecia en el bloqueo a Cuba. Lo que comenzó con restricciones económicas, se ha extendido a muchos ámbitos más allá del económico y además a otros estados que también sufren las secuelas de lo que parecía ser un acontecimiento únicamente entre dos países.

Estados Unidos ha empleado como técnica de influencia para el resto de los países la persuasión unida a la amenaza de castigo, pues su monopolio le permite retirar beneficios y recompensas a todo aquel que se interpusiera a sus objetivos en Cuba.

La conclusión es que nos encontramos con una coyuntura internacional de gran envergadura que por el momento se encuentra lejos de su extinción total. Los esfuerzos de la comunidad internacional no son suficientes por lo que el impacto negativo sigue presente. Debe ser un punto de inflexión que genere la necesidad de imponerse para lograr un cambio real.

 


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